Como ya comente en alguna otra entrada, las conclusiones de la primera fase tienen dos actuaciones, seguimiento de cada caso y el diseño del programa.
Ayer estuvimos viendo que hacer con un alumno que en una de mis sesiones manifestó que quería ser una niña.
En la reunión hubo dos opiniones mayoritarias. Una parte del profesorado opinaba que de momento no había que hacer nada ya que el alumno solo lo había manifestado una vez y podía ser por no estar aceptado entre los otros chicos de clase. Otra en cambio veía la necesidad de activar el protocolo.
Creo que es importante más allá de las razones por las que el alumno ha manifestado ese deseo no quitarle valor. Otra cosa es que el identificar las razones que le llevan a desear ser una niña nos sirvan para entender mejor su situación y poder definir mejor las necesidades de aula y el trabajo a realizar. Pero creo que no podemos mezclar eso con un deseo, porque un deseo es un deseo sean cual sean las razones y la escuela tiene que ser un espacio seguro para la expresión de todo tipo de deseo siempre y cuando se basen en el respeto.
Al final se ha acordado seguir el protocolo ya que el primer paso de este es recoger información para poder tener una visión más completa de la situación. Al fin y al cabo los protocolos son un conjunto de pasos y normas que se deben seguir en determinadas situaciones y permiten orientarnos cuando en una situación no sabemos que hacer o hay discrepancias.
Os dejo el enlace donde podéis ver el protocolo trans del Gobierno Vasco del 2016.
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